Trastornos asociados al latigazo cervical
TALC / traumatismo por aceleración/desaceleración

Un latigazo cervical ejerce fuertes fuerzas repentinas sobre el cuello. El ejemplo más conocido es el latigazo cervical que se produce en un choque trasero o por alcance. Un coche recibe un impacto por detrás, lo que provoca que la cabeza del ocupante se mueva hacia delante y hacia atrás en un breve espacio de tiempo.

A pesar de que no siempre hay una lesión demostrable en el cuello tras un traumatismo cervical, los pacientes pueden seguir experimentando síntomas durante semanas o incluso años después del accidente.

Descripción de la afección

Un traumatismo cervical, o latigazo cervical, no siempre implica una lesión muscular. Sospechamos que un latigazo cervical provoca daños en diversas estructuras como resultado de la compresión (aplastamiento) y tracción (tirón) del cuello. En caso de lesión grave con fractura de vértebras cervicales, esta puede demostrarse claramente mediante una radiografía. En muchos otros casos no encontramos fracturas evidentes, pero el paciente experimenta síntomas persistentes.

Las estructuras que pueden resultar dañadas como consecuencia de un latigazo cervical son los músculos, la médula espinal, las cápsulas articulares o ligamentos como el ligamento longitudinal o el ligamento nucal, un disco intervertebral, una apófisis espinosa de una vértebra del cuello, un nervio eferente o el cuerpo vertebral.

Causa y origen

Las lesiones por traumatismo cervical son frecuentes en los accidentes de coche, por ejemplo cuando el coche recibe un impacto trasero o lateral. Esto hace que la cabeza oscile rápidamente hacia arriba y hacia abajo. Otras actividades y accidentes también pueden provocar un traumatismo cervical. Piense en saltos de cabeza a una piscina, derrapes, caídas desde escaleras, objetos que caen sobre la cabeza, puenting, cabecear un balón, esquí, karting, equitación, un aterrizaje brusco de un avión, coches de choque o fuerzas externas.

Signos y síntomas

Son muchos los signos y síntomas que pueden aparecer tras una lesión por latigazo cervical. A veces se producirán inmediatamente después de la lesión, pero en otros casos solo aparecerán días, semanas o incluso meses después de la lesión. Los síntomas más comunes son:

• Dolor de cuello.
  
• Disminución de la movilidad del cuello.
  
• Dolor de cabeza.
  
• Hipersensibilidad a la luz (fotofobia).
  
• Dolor en el hombro y el brazo.
  
• Mareos.
  
• Problemas de concentración.
  
• Fatiga.
  
• Ansiedad.
  
• Disminución de la agudeza visual.
  
• Depresión, mayor irritabilidad o estrés.
  
• Dolor de espalda.
  
• Insomnio.
  
• Hormigueo, pinchazos o sensación de entumecimiento en la mano.
  
• Disminución de la libido.

Diagnóstico

Cómo se desarrollan los síntomas es una parte importante a la hora de realizar un diagnóstico. Debe haberse producido un movimiento brusco y a gran velocidad de la cabeza y el cuello. Las distintas estructuras del cuello pueden examinarse mediante una exploración física. Una radiografía puede descartar posibles fracturas (huesos rotos).

Los trastornos asociados al latigazo cervical se clasifican en grados de gravedad. Con cada grado de gravedad, el paciente puede experimentar síntomas como entumecimiento, dolor de cabeza, pérdida de memoria, mareos, tinnitus (zumbido en el oído), problemas para tragar y dolor en la articulación de la mandíbula.

Grado 0
Sin síntomas, sin anomalías subjetivas u objetivas.
Grado 1
Dolor, rigidez y sensibilidad del cuello, pero sin anomalías objetivas.
Grado 2
Síntomas cervicales y otros síntomas que afectan al esqueleto (piense en la disminución de la movilidad y el dolor a la presión).
Grado 3
Síntomas cervicales y pérdida de función neurológica (como disminución de los reflejos tendinosos, disminución de la fuerza muscular y trastornos de la percepción sensorial).
Grado 4
Síntomas de cuello y fracturas (roturas) o luxaciones.

Tratamiento

Una parte importante del tratamiento consiste en dar al paciente una información más profunda de sus propios síntomas. El paciente debe aprender a afrontar los síntomas de forma independiente y saber cómo influir en ellos. El paciente debe saber cómo actuar en caso de recaída o empeoramiento de los síntomas.

El tratamiento fisioterapéutico depende del tiempo que lleve el paciente con los síntomas. Por ejemplo, el tratamiento en los primeros 4 días tiene como objetivo reducir el dolor. De 4 días a 3 semanas, el tratamiento se centra en abordar el funcionamiento del cuello y las actividades durante las cuales se producen los síntomas.

Al cabo de 3 a 6 semanas se aumenta gradualmente la carga para que el paciente pueda reanudar sus actividades cotidianas normales en la medida de lo posible. Si no se producen avances en el periodo que va de la semana 6 a los 3 meses, entonces se habla de una recuperación retardada. Las probabilidades de una recuperación completa disminuyen si los síntomas persisten durante más de 3 meses.

El tratamiento consiste en realizar ejercicios activos siempre que sea posible. Si se ha descartado una lesión grave, no tiene sentido centrarse en el dolor. Esto puede retrasar gravemente la recuperación.

Ejercicios

Puede comprobar sus síntomas mediante el reconocimiento fisioterapéutico en línea o pedir cita en una consulta de fisioterapia de su zona.

Referencias
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